¿Te gusta?

Un mal hábito.

Nuevamente Dios quiere hablarnos sobre el malo y feo hábito de juzgar. Pero cuidado, no hablo de juzgar eventos o situaciones que pueden generar un bien o un mal en nuestra vida, eso , definitivamente es necesario y casi obligatorio hacerlo. Hablo de ejercer un juicio sin piedad y mal encaminado sobre las intenciones, por cierto desconocidas para nosotros, de otras personas, y aún más, de aquellos quienes deben ser nuestros hermanos en la fe. 

Hablamos de este o aquel, de quien hizo y quien dejó de hacer, que lo hizo por Dios o lo dejó de hacer por Dios... y sinceramente desconocemos sus motivaciones, si estás fueron puras o contaminadas por el ego u otro deseo mezquino, en fin. Señalamos, acusamos, destruimos y minamos muchos ministerios, hombres y mujeres, que pudiendo hacer más, dejaron de hacer gracias a un comentario o señalamiento, muchas veces, proveniente de alguien que se hace llamar "cristiano"(Rom. 14:10).

Hoy te comparto unas pocas sugerencias para vencer el cruel hábito de Juzgar a los demás, escritas por el pastor C. Swindoll, quien además dice que: "Si no tenemos cuidado, tanto juzgamos que se hace parte de nuestra vida a tal punto de casi ni darnos cuenta de que estamos haciéndolo. Pero tenga mucho cuidado pues a la larga se convertirá en una cualidad tan desagradable que la gente empezará a distanciarse de nosotros".

¿Cómo es posible vencer un hábito tan arraigado?

Aquí las sugerencias:

• Examínate a ti mismo antes de examinar a cualquier otra persona.
• Confiesa tus propias faltas antes de confrontar a otros con las de ellos.
• Comprende las luchas de las personas y se amable en tu confrontación.
• Recuerda que la meta es la restauración, y no libertad bajo palabra.

Nunca dejes que tus limitaciones, limiten aquello que Dios puede hacer contigo. Enfrenta tus miedos, fracasos e incapacidad confiando en Dios y en aquello que Él puede hacer en ti y a través de ti. Luego disponte a servir a Dios de todo corazón. Cristo nos desafía y dice: “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará” (Jn. 12:26).


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentar es Bendecir.

Necesitas ayuda, consejo, una palabra o quieres contar tu historia...¡contacta!

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *