C.S. Lewis dijo: Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla a nuestras conciencias, pero nos grita con el dolor.
A veces estamos tan cegados por nuestro propio entendimiento que creemos y todo en nuestra vida es perfecto; aún si la palabra de Dios no aprueba lo que hacemos, seguimos adelante, animados por ejemplos de hombres que parecen tenerlo todo y ser felices con ello, aunque para conseguirlo hubieran tenido que pasar por encima de muchas personas, o simplemente se olvidaron de Dios y creen que todo lo que poseen es gracias, únicamente, a su trabajo y esfuerzo (Dan. 4: 28-33).
Mientras estamos en nuestra carrera por asegurarnos un "mejor futuro", apartados del consejo de Dios, Él nos susurra: las cosas parecen ir "bien"; el negocio crece, trabajamos duro para conseguir el ascenso, estudiamos mucho para conseguir las mejores notas, iniciamos nuestro plan de conquista. Más adelante sentimos que esto no debería ser así: no deberíamos mentir a la clientela para aumentar las ventas; ser un patán, egoísta y "sapo" con mis compañeros de trabajo no es el mejor camino para obtener mi propósito; no me importa orar, primero mis estudios; sé que la chica es materialista y vanidosa, pero es la que me atrae. Tal vez sea la voz de Dios diciéndonos: detente (Prov. 19:21)
Generalmente los susurros o la voz calma y serena de Dios no suelen ser atendidos por nosotros.
Nos gusta recibir gritos: la mentira es descubierta y tu negocio fracasa = dolor. Con tu actitud creaste un ambiente tan negativo de trabajo que en lugar de un ascenso, te despidieron = dolor. Aunque lograste las mejores notas, alguien tuvo una "palanca" y se quedó con tu beca = dolor. Lograste conquistarla... al igual que otros cuatro = dolor. Dios usa el dolor, como quien busca llamar la atención de las personas, usa un megáfono y lo hace de forma eficaz, para captar tu atención.
El siempre preferirá que le escuches mientras susurra; es el momento preciso para detenerte a pensar si lo que tienes planeado es acorde a su plan. Si no percibes el susurro te hablará a tu conciencia y te hará saber que: sí, lo que haces no le agrada y debes detenerte; pero si eres terco o necio, usará el dolor para atraerte de nuevo al camino, al plan que tiene para ti.
Dolor = enfermedad, fracaso, despidos, pérdidas...muerte. Tú decides que tan alto será el volumen que El deba usar para llamar tu atención.
"Una palabra me fue traída furtivamente, y mi oído percibió un susurro de ella." Job 4: 12 LBLA
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