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Desinflando el orgullo.

Isa 51:1 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados.
En el texto hebreo, la palabra cantera realmente se refiere a un agujero. En la versión Reina Valera leemos “hueco de la cantera”
Nunca te olvides del hoyo.
¡Qué gran consejo! Antes de que nos enamoremos de nuestra gran y elevada importancia, es una buena idea echar un vistazo al pasado, al hoyo del cual Cristo nos sacó.
No sólo pensemos en él, admitámoslo. Nuestro hoyo tiene una forma de mantenernos a todos al mismo nivel: como receptores de gracia.
Y no te engañes a ti mismo, aún aquellos que fueron levantados y admirados tienen hoyos de los cuales fueron rescatados.
·        Con Moisés fue el asesinato
·        Con Pedro fue la negación pública
·        Con Rahab fue la prostitución
La próxima vez que seamos tentados a envanecernos por nuestra importancia, sólo miremos al hoyo del cual salimos. Tiene una forma de desinflar nuestro orgullo.
Por Charles Swindoll

La definición de discipulado

1 Tes 5:11  Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros.

La primera llamada de Jesús a Sus discípulos, se ve en Sus palabras “Venid a mí” (Mat 11:28) y “Síganme” (Mat 4:19) Marcos registra: “Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” (Marc 3:14-15) El discipulado es una actividad intensamente personal de dos o más personas ayudándose entre sí a experimentar una creciente relación con Dios. El discipulado viene antes del hacer, la madurez antes del ministerio, el carácter antes de la carrera.
Cada cristiano, incluyéndote a ti, es tanto un discípulo como un discipulador en el contexto de sus relaciones cristianas. Tienes un privilegio maravilloso y una responsabilidad tanto de ser un maestro y un aprendiz de lo que significa estar en Cristo, andar en el espíritu y vivir  por fe. Puedes tener un papel en tu familia, iglesia o comunidad cristiana que te de una responsabilidad específica para discipular a otros, como esposo, padre, pastor, maestro de escuela dominical, líder de un discipulado, etc. Pero incluso como un discipulador designado, no significa que no seas un discípulo que está aprendiendo y creciendo en Cristo a través de tus relaciones. Por el contrario, quizá no tenas una responsabilidad oficial de discipular a alguien, pero eso no significa que no seas un discipulador. Tienes la oportunidad de ayudar a tus hijos, tus amigos y a otros creyentes a crecer en Cristo a través de tu relación de cariño y compromiso con ellos.
De la misma manera, cada cristiano es tanto un consejero como un aconsejado en el contexto de sus relaciones cristianas. Un buen consejero debe ser un buen discipulador y un buen discipulador debe ser un buen consejero. Bíblicamente, tienen el mismo rol. Tu nivel de madurez puede dictar que has dado mucha consejería cristiana. Pero aún habrá momentos cuando necesites buscar o recibir el consejo de otros cristianos. Nunca habrá el día cuando no nos necesitemos los unos a los otros.
Por Neil Anderson

Lo que tengas a mano...

En medio de todo conflicto y crisis personal, el llamado "estrés" es algo que le parece normal a la mayoría de las personas en nuestro tiempo. Dios nos insiste en que poner nuestra confianza en Él es la clave para salir de cada crisis y olvidarse del "estrés" obteniendo la paz verdadera.

Es bueno tener siempre presente que Dios nos está llevando hacia la vida eterna por haber recibido a Jesús mediante el conocimiento de la "buena noticia": El Evangelio haciéndonos partícipes de Su poder y gloria. No nos olvidemos de las enseñanzas que hemos recibido por medio de todos aquellos hermanos, y por ende, siervos suyos.

Observemos con atención todos los medios que Él está usando para hacernos llegar Su Palabra: la predicación en la congregación, en casas, por radio, por la televisión, por internet, por libros, en video, mediante conferencias, congresos, seminarios, los retiros, el evangelismo personal, folletos, las revistas, la música, etc.
En tiempos del apóstol Pablo lo común y más usado era la exposición personal o por carta y así la Palabra corría por todos lados, a tal punto que ella ha llegado hasta nuestros días. ¿Cuánto más puede hacer Dios en la actualidad con todos nosotros en la era de la información en la que nos encontramos? Es vital no olvidarnos de la Palabra, sino tenerla siempre presente como guía y luz de nuestros tiempos.

Dios nuestro Padre, nos demuestra su consuelo eterno y la seguridad de su salvación entre muchas otras bendiciones, y es porque Él es bueno.

Conforme a Su palabra, pídele ánimo y fuerza para siempre decir y hacer lo bueno. Agradécele de todo corazón que te haya elegido y separado para Él. Pídele que tu confianza en Él siga creciendo.





No te dejes confundir.

Hace unos meses hubo una tremenda confusión en el certamen universal de belleza que hizo explotar las redes sociales con miles de imágenes y mensajes que hacían mofa del error del presentador. Esto nos da paso para recibir una instrucción muy oportuna para el tiempo actual: "no dejarse confundir, no asustarse, no permitir que nadie nos engañe" en todo lo referente a la venida del Señor. Este es un tema que ha causado mucha polémica y que ha sido debatido por propios y extraños.

Para conocer el futuro, en algunos casos se suele acudir a las estrellas o a los adivinos. Así, hay quienes se dejan guiar por "falsos profetas". Pero para el creyente comprometido, la única fuente de revelación y verdad es la Palabra de Dios. Leerla, conocerla y meditar en ella cada día nos ayudará a librarnos del error y vivir con plena confianza en Él.

Así como a los creyentes de Tesalónica (2 Tesalonicenses 2:1-12), a nosotros también nos puede llegar el rumor de que Jesús ya vino y perder así la guía certera de la voz de Dios. Cuidado con esto, no  nos dejemos confundir, cuando veamos alrededor nuestro a los enemigos de Dios, a la maldad en acción, así como la rebelión en contra de Dios, y el anunciado "anticristo", podemos llegar a pensar que el tiempo ya llegó, olvidando que este evento ha de ir acompañado de todo lo señalado por la Palabra de Dios.

Si bien reconocemos que Dios es bueno, no olvidemos que Él es, al mismo tiempo, justo y puede castigar a aquel que ha decidido no creerle. Pero este es un asunto meramente divino y no humano. Evitemos sacar vanas conclusiones.

Como creyentes, tenemos la gran bendición de conocer de antemano el desenlace final: "Pero cuando el Señor Jesucristo vuelva, con todo Su poder y Su gloria, destruirá con el soplo de su boca al hombre malvado y le quitará Su poder" (2 Tes. 2:12)

Hoy pidamos al Señor, de todo corazón, y nos pueda otorgar la firmeza y fuerza interior para no permitir la confusión, el temor y el engaño. Compartamos con los demás a cerca de nuestra confianza en La Palabra y animemosles a hacer lo mismo.

Tengamos la expectativa de que, si se lo pedimos con fe, Dios abrirá nuestros ojos al mundo espiritual cada día al meditar en Su Palabra y así recibiremos la inspiración e instrucción necesaria.   

PLUS a la confianza.

Hace unos cuantos días compartía con ustedes, mis amigos y hermanos, algunas características por las que nuestro Dios se hace digno de confianza. Hoy Dios quiere continuar tal formación respecto a nuestra confianza en El, instándonos a aumentarla. Te invito a leer 2 Tesalonicenses 1:1-12, ores y luego leas esta reflexión.

Qué bueno es haber sido bendecidos en algún momento y poder dar gracias a Dios por las personas que se han convertido en alguien especial en nuestras vidas. Sin embargo, la pregunta que nos debemos hacer sería: ¿soy motivo de que otros den gracias a Dios por mi vida? Si así es, muy bien, Pero si no lo es, este es un buen momento para reflexionar acerca de ello.

Una característica que destaca el apóstol Pablo acerca de los tesalonicenses es que ellos han crecido en su confianza en Dios y esto los ha capacitado para amar a sus hermanos. Así como mantenerse firmes y confiando en Dios, aún en medio de dificultades y problemas, habla de un creyente que da testimonio de Dios, quien es justo. ¿podríamos decir lo mismo de nosotros? Recordemos que Dios nos lleva al desierto para ver qué hay en nuestro corazón, allí somos probados con fuego.

Sin duda que en la vida cristiana vamos a enfrentar muchas veces el sufrimiento a causa de aquellos en buscan hacernos daño. Mas nuestra confianza ha de estar puesta en Dios, quien hará lo necesario a nuestro favor.

Tengamos en cuenta que cuando algún tema se repite una y otra vez en la Palabra de Dios, es necesario prestarle atención. El regreso del Señor vuelve a estar presente y es vital conocer las claras señales que la Palabra menciona para confirmar este regreso y no ser engañados.

En medio de un mundo sensacionalista es muy importante estar bien informados acerca de los acontecimientos con respecto a la segunda venida del Señor. Algunas señales citadas aquí son: Jesus vendrá desde el cielo entre llamas de fuego en compañía de sus ángeles, y vendrá a castigar a los que no hayan reconocido a Dios ni hayan obedecido a su evangelio. Cuando el Señor venga, será honrado y admirado por su pueblo santo que somos todos aquellos y hemos creído.

Al leer este pasaje, se nos muestra tres motivos por los cuales debemos orar: 

  1. Ser reconocidos dignos de ser parte de su pueblo.
  2. Que gracias a su poder se cumpla todo lo bueno.
  3. Que  hagamos y que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado por medio de nosotros.
Demos gracias a Dios por permitirnos confiar cada vez más en El y porque esto, a su vez, nos lleva a amar a otros. Si estás pasando por un tiempo de dificultad, pide al Señor firmeza y confianza y vive este día con la gloriosa visión del regreso del Señor, pero también con la disposición de enfrentar con fe lo que haya por delante. ¿Hay algo que anhelas en tu corazón? Exprésalo en la presencia de Dios, espera y confía en El.




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