El sabio nos recuerda lo siguiente: “Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. (Pr. 11:24,25) Este proverbio también nos recuerda una de las grandes reglas de la vida: Mientras más das a otros, más recibes. Claro no debemos dar con una motivación egoísta, sino tenemos que dar de corazón a Dios y motivados porque su Palabra además nos dice: “mejor es dar que recibir”. (Hch. 20:35)
Seamos más parecidos a Dios y seamos generosos con cuánto Dios nos da para bendecir a otros. Piensa hoy ¿Cómo puedo ser de bendición a otra persona?
Tomáte 3 minutos y mira este video:
Muchas veces quien tiene menos es más dadivoso que quien tiene mas. Casi siempre nos olvidamos de la bendición que trae el dar: Mateo 6: 19- 21 "No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumulaos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón."
Reflexiona, arrepiéntete y comienza a dar, no solo dinero o posesiones; da amor, paz, paciencia o cualquier otro don con el que hayas sido dotado por Dios...recuerda lo que dijeron los apóstoles al lisiado de la puerta "la Hermosa": No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy.
Agradecimientos a: BBN.
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