¿Te gusta?

El responde...

...Ingresé a la UCI médica de aquella institución, mi esposa me recibió y me indicó el lugar para lavar mis manos y poder pasar a visitar a Jennifer. Ella estaba en la cama, llena de tubos y rodeada de aparatos que la mantenían con vida. Su madre estaba siempre a su lado y con ella hablamos primero; Jennifer estaba allí pero no podía moverse ni hablar, estaba allí pero no parecía estarlo. Luego de explicarme el medio ideado por su hermano para que ella se comunicara mediante el movimiento de su pupila, le hice algunas preguntas y le animé a seguir adelante, su mamá de vez en vez le movía los párpados para humectar sus ojos, ni siquiera eso podía hacer por sí misma. Luego de una corta charla, le pregunté si quería y orara por ella, su respuesta fue un movimiento de sus ojos que significaba si. Fue una oración simple y corta, nada de lágrimas, sollozos o gesticulaciones ampulosas, una petición clara y directa. Después de orar, me despedí de ella y su mamá, también de mi esposa que debía continuar trabajando y me fui. 

Luego de eso, Jennifer no mostró mejoría y los médicos la enviaron a casa para que allí ella: muriera naturalmente o solicitara la eutanasia, la cual fue una opción contemplada muy seriamente durante un tiempo. 

Mi esposa y yo seguimos con nuestra vida y, de Jennifer, no volvimos a saber nada, sólo de vez en cuando nos preguntábamos entre nosotros qué habría ocurrido con ella y orábamos por ella antes de consumir los alimentos o en nuestros devocionales, claro que fueron sólo algunas veces en el transcurso de varios años, pero siempre estuvo presente y nuestra oración fue siempre la misma, consistente con la oración que aquel día hice: Señor has tu voluntad en la vida de Jennifer. No sabíamos si continuaba con vida, si había mejorado o si continuaba en el estado en el que la vimos por última vez, sólo podíamos esperar y la voluntad de Dios se halla hecho sobre su vida, aunque fuera desconocida para nosotros.

Un buen día una jefe de enfermeras que trabaja junto con mi esposa le contó las buenas nuevas sobre Jennifer: la vio durante el evento realizado por el ministerio del pastor Cash Luna en nuestra ciudad, al cual ella había asistido, dando testimonio de cómo Dios le había levantado progresivamente de un estado casi vegetal.

Sé que Jennifer fue levantada por la fe propia y de su mamá, no voy a apropiarme de nada aquí, además, la gloria siempre será para mi Señor, más si quiero hacerte ver cómo Dios responde aún cuando nosotros nos hallamos olvidado de aquello que alguna vez le pedimos, El tiene una excelente memoria y usa estos recordatorios como alertas para nosotros, ¿por qué lo digo? porque en momentos en que mi fe estaba flaqueando y pensaba: Dios no me oye, ni se acuerda de mis peticiones y deseos, llegó esta excelente noticia para reanimarme y hacerme ver la bondad y las maravillas de mi Dios y para recordarme como tantas otras veces que El, ni tarde ni temprano, sino en el momento justo, siempre responde.  Mat. 7:7-11


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentar es Bendecir.

Necesitas ayuda, consejo, una palabra o quieres contar tu historia...¡contacta!

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *