Jesús le preguntó a Pedro: ¿Me amas? (Jn. 21:15-17)
Días atrás viví la experiencia del amor de un padre hacia un hijo y hoy quisiera compartirla con ustedes:
Una pequeña con tan sólo 1mes de vida había sufrido una falla hepática y, con urgencia, necesitaba ser trasplantada. Su papá entre zozobra e incertidumbre tomó la sabia y valiente decisión de donarle una parte del suyo. Así dieron inicio los preparativos, pero no esperaban que tardaran tanto. Durante seis largos meses estuvieron entre pruebas de sangre y otros tantos exámenes, preparando todo para el gran día. Finalmente y, gracias a Dios, con éxito, el miércoles 24 de Junio este padre pudo compartir un trozo de su vida para que la de su pequeña pueda continuar.
Para mí fue muy emocionante ese turno en la UCI médica porque pude saber y conocer, de boca del protagonista a quien yo cuidaba, parte de lo que puede llegar hacer un padre por su hijo. Y tuve, casi por obligación, que preguntarme: ¿estaría dispuesta a darlo todo para que mis pequeñas estuvieran bien, aún poner en riesgo mi vida como este papá lo hizo?
Ahora, haciendo una comparación entre esta y una historia maravillosa, no menos importante, por el contrario muy valiosa y similar que encontramos en la Biblia: la de Dios, podemos encontrar también a un padre, nuestro Padre, pero quien no dio un trozo o una parte de sí, sino que nos entregó todo de sí encarnado en su hijo, para que nosotros tuviéramos salvación... Esa historia parte mi corazón en dos, porque en comparación, parece muy sencillo donar parte de mi hígado o hasta un riñón para ver viva a una de mis hijas, pero pensar si quiera en exponer a mis hijas a la muerte, eso es otro nivel y creo que definitivamente no lo haría; pero Dios nos ha querido demostrar la grandeza e infinidad de su maravilloso amor cuando tomó la decisión de dar a su hijo por nosotros. Podemos reflexionar: ¿será y nosotros merecemos este valioso gesto?
Hoy Dios nos pregunta ¿ME AMAS? Si es así, ¿por qué no se lo demostramos?, ¿por qué es más fácil una pequeña mentira, una mala palabra, señalar algo de nuestro vecino que no nos gusta y muchas otras cosas más que, aunque pequeñas, no demuestran realmente el amor que decimos tener para nuestro Dios?, ¿por qué siempre esperamos algo de Dios para nosotros, por qué no dar lo mejor de nosotros para Dios?. Así que hoy te invito a reflexionar conmigo.... ¿realmente LO AMAS?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Comentar es Bendecir.