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Pretender ser no es ser.

¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz. Santiago 3:13-18

Estos versículos muestran la diferencia entre los hombres que pretenden ser sabios y los que realmente lo son. El que piensa o habla bien no es sabio en el sentido de las Escrituras, si no vive y actúa bien. La sabiduría verdadera puede conocerse por la mansedumbre del espíritu y del temperamento. Los que viven en maldad, envidia y contención, viven en confusión; y están obligados a ser provocados y precipitados a toda mala obra. Tal sabiduría no viene de lo alto, sino que brota de principios, actos o motivos terrenales y está dedicada a servir para propósitos terrenales.

Los que se jactan de una sabiduría así, pronto terminarán por caer en condenación. Por otra parte la sabiduría celestial, explicada por el apóstol Santiago, es cercana al amor cristiano, el cual fue maravillosamente descrito por el apóstol Pablo; y ambos son expuestos así para que todo hombre pueda probar plenamente la realidad de sus logros en estas palabras. No tiene disfraz ni engaño. No puede caer en los manejos que el mundo considera sabios, que son astutos y mal intencionados, pero es sincera, abierta, constante, uniforme, y coherente consigo misma. Que la pureza, la paz, la bondad, la docilidad y la misericordia se vean en todas nuestras acciones, y que los frutos de la justicia abunden en nuestra vida, probando que Dios nos ha otorgado este excelente don.

¿Ha conocido a alguien que afirma que es sabio pero que actúa con necedad? La sabiduría verdadera puede medirse por la profundidad del carácter de una persona. Así como usted puede identificar un árbol por el tipo de fruto que produce, también puede evaluar su propia sabiduría por la forma en que actúa. 

La necedad conduce al desorden, pero la sabiduría conduce a la paz y a la bondad. ¿Está usted tentado a agrandar el conflicto, hacer correr el chisme o echar leña al fuego de la discordia? Las conversaciones agradables, así como las palabras prudentes y amorosas, son semillas de paz.

Mateo 5:9. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Editado de aquí.


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